Debido a que el cloro es un irritante natural, despoja a la piel de sus aceites naturales que la mantienen hidratada y saludable. La exposición excesiva al cloro reseca la piel y causa irritación y picazón. La exposición continua al cloro durante varios años puede provocar envejecimiento prematuro y afectar gravemente la salud de la piel. Es común que las personas presenten zonas enrojecidas e inflamadas en la piel, que pueden convertirse en ampollas si se exponen continuamente a agua clorada.
Tenga esto en cuenta al nadar en piscinas con cloro, ¡ya que se acercan las vacaciones de primavera y el verano! La clave para contrarrestar el daño que las piscinas cloradas pueden causar a la piel es hidratarla, hidratarla y hidratarla. Ducharse antes de exponerse al agua de la piscina ayuda a evitar que la piel absorba el cloro. Además, asegúrese de enjuagarse en cuanto salga del agua para eliminar el exceso de cloro y prevenir la sequedad de la piel.
Además, las zonas interiores tienden a retener los gases de los productos químicos de la piscina, ya que no están ventiladas. Esto puede provocar aún más problemas de piel , por lo que es importante elegir una piscina al aire libre o limitar el tiempo de uso de las piscinas cubiertas.
Siempre que sea posible, optar por nadar en piscinas de agua salada es mucho mejor para mantener una piel sana. El agua salada suaviza la piel, además de ser un exfoliante natural de las células muertas. También se ha comprobado que promueve la regeneración natural, tanto de la piel como de los huesos y los músculos.
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Este artículo de Skinsider Scoop fue escrito amablemente por la esteticista licenciada Taylor Gasbarro y editado por el equipo de Clean Skin Club. Si te interesa saber más de Taylor, escríbenos y síguela en Instagram: @skinbytaylor_